Veteranos mutilados, mujeres que protegen a sus hijos o pelotones de fusilamiento… La guerra ha sido plasmada a lo largo de la historia como una forma de documentar la barbarie y reflexionar sobre la violencia. Sara Rubayo, historiadora del arte y divulgadora cultural, analiza en el primer capítulo de La Galería cómo cinco artistas han llevado al lienzo los horrores y las consecuencias de la guerra.
¿Cómo expresa Rubens la acción de la guerra sobre la intelectualidad y las artes? ¿Qué papel juega la luz en Los fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya? ¿Qué materiales utiliza la pintora rusa Zinaída Serebriakova para continuar trabajando en tiempos de escasez de materiales?
Éstas son algunas de las preguntas que se abordan en el vídeo que acompaña esta noticia, el primer capítulo de La Galería, un formato de vídeo de EL PAÍS con la historiadora del arte y divulgadora cultural Sara Rubayo. A través de un recorrido por cinco grandes obras de la historia del arte, la Gata Verde -el nombre de Rubayo en redes sociales- repasa cómo los artistas han llevado al lienzo los horrores de la guerra, pero también cómo el propio arte ha sufrido las consecuencias de la carestía.
Con ayuda de una pantalla interactiva, el vídeo repasa los personajes que sufren o que hacen la guerra desde una perspectiva distinta. Mientras que en Las madres de Käthe Kollwitz aparece un compacto grupo de mujeres protegiendo a sus retoños; en Calle de Praga, Otto Dix ubica a dos veteranos de guerra tullidos delante de una tienda de prótesis que nunca podrán comprar.
Además de las dos obras ya citadas, la divulgadora, que acaba de publicar Pintoras, su primer libro, analiza Vestuarios del ballet, de Zinaída Serebriakova, y Los horrores de la guerra, de Peter Paul Rubens.
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